De que fallan las planchas actuales

En este consejo crucial sobre cambio de fusibles en planchas, se aborda un problema común que enfrentan quienes reparan estos electrodomésticos. Cuando una plancha llega al taller con el fusible quemado, muchas personas optan por cambiar únicamente el fusible. Sin embargo, este enfoque a menudo resulta insuficiente.

El platino es la clave para comprender por qué los fusibles siguen quemándose. El platino, como se muestra en la ilustración, debe despegarse cuando la plancha está en funcionamiento y se calienta. Si escuchas un sonido característico al subir la temperatura, es señal de que el platino se ha despegado.

Cuando el platino está despegado de su lámina, se calienta hasta ponerse al rojo vivo. En ese estado, termina pegándose al otro platino. Imagina dos plátanos que hacen un movimiento repetitivo: “tick, tick, tick, tick”. Si uno de los dos platinos se calienta demasiado, se soldará con el otro, evitando que se despeguen.

El problema surge cuando el platino ya no se despega. La plancha comienza a generar un exceso de calor, lo que finalmente derrite el fusible. Por lo tanto, no es suficiente cambiar solo el fusible; también debemos verificar que los platinos no estén pegados. Si lo están, el fusible seguirá quemándose.

Cuando el platino está completamente despegado y hace contacto con el otro platino, se pone al rojo vivo y se suelda. En este caso, la solución es reemplazar todo el termostato. No hay otra opción, ya que el platino defectuoso causa un falso contacto dentro de su propia lámina.

En resumen, para evitar problemas recurrentes con los fusibles en las planchas, es fundamental comprender el comportamiento del platino y tomar medidas adecuadas para mantenerlo en buen estado.

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